En Grupo AG, lideramos con el propósito de construir un futuro sostenible y resiliente para Guatemala y para toda la región centroamericana. También, creemos que cada pieza de metal tiene el potencial de ser parte de algo más grande.
Para nosotros, ese potencial empieza en los residuos metálicos que recibimos en el Parque Industrial Sidegua día a día. En cada pieza de metal reciclado vemos la oportunidad de formar parte de algo más grande, algo que trascienda el tiempo.
Así comienza el viaje de transformación del acero, un material que acompaña las construcciones más resistentes y emblemáticas, desde casas hasta rascacielos que desafían el horizonte.
Recepción e industrialización de residuos: dando nueva vida al acero
Todo inicia con la llegada de residuos metálicos a nuestras plantas, piezas que una vez cumplieron su propósito y ahora tienen una nueva oportunidad de ser parte de la transformación.
Una parte de estos residuos está lista para ser fundida, mientras que otra necesita una preparación especial para optimizar su uso. A este proceso lo llamamos «industrialización de residuos metálicos». En esta fase, se aumenta la densidad, se eliminan impurezas y se reducen los contaminantes para asegurar que solo la mejor materia prima continúe su camino.
El viaje del acero comienza en la fragmentadora, una poderosa máquina que tritura los residuos para convertirlos en piezas más manejables. Luego, a través de un separador magnético, distinguimos entre los materiales que servirán para crear nuestras palanquillas de acero y aquellos que serán destinados a otros procesos. Así, cada fragmento de metal se prepara para el siguiente capítulo de su historia.
El proceso de fusión: donde todo cobra forma
Los residuos metálicos seleccionados se colocan en cestas compactadoras y son transportados al corazón de nuestra operación: el horno eléctrico de fundición. Este imponente equipo alemán, capaz de alcanzar temperaturas extremas, convierte los residuos en un estado líquido gracias a la potencia de 57 megavatios y el uso de electrodos de grafito. Pero la fusión no se detiene ahí; contamos con un Sistema de Energía Química que inyecta oxígeno y carbón de manera precisa, acelerando el proceso y optimizando la calidad del acero líquido.
Aquí, el acero en su estado más puro se prepara para su destino final. A medida que alcanza los 1,600 grados centígrados, es transferido a una olla calentada a mil grados para mantener su fluidez, mientras eliminamos el oxígeno restante y agregamos componentes como manganeso y silicio que aseguran la integridad y resistencia de las palanquillas.
Forjando el futuro: de palanquillas a varillas que sostienen la ciudad
Una vez que el acero se ha solidificado en forma de palanquillas, se traslada a nuestras líneas de laminado, donde se le da forma de varillas de distintos tamaños.
En esta etapa, cada pieza de acero cobra vida, convirtiéndose en la base de proyectos arquitectónicos que requieren máxima resistencia y durabilidad. Las varillas que producimos en Grupo AG son más que piezas de acero; son la columna vertebral de edificaciones que deben resistir el paso del tiempo, el desgaste y los desafíos ambientales.
De varillas a rascacielos: El viaje hacia el futuro
La historia del acero que producimos no termina en nuestra planta. Es solo el comienzo de un recorrido que llevará nuestras varillas a formar parte de edificios que marcan el paisaje de nuestras ciudades. Imagina un rascacielos: cada piso, cada columna, cada viga está sostenida por las varillas que nacieron de residuos metálicos.
Edificaciones que buscan ser imponentes y también resilientes, adaptadas para proteger a quienes las habitan y reducir su impacto ambiental. En Grupo AG, creemos que construir el futuro significa hacerlo sobre cimientos sólidos, y nuestras varillas son el ejemplo perfecto de cómo convertir una idea en realidad.
Nuestro compromiso: un futuro sostenible y circular
Este proceso que transforma residuos metálicos en estructuras que forman la ciudad refleja nuestro compromiso con la economía circular. Al darle una nueva vida a materiales que ya han cumplido su ciclo, reducimos el desperdicio, optimizamos recursos y reducimos la huella ambiental. Para nosotros, cada palanquilla y varilla producida es una oportunidad para demostrar que la sostenibilidad y la innovación pueden ir de la mano.
En Grupo AG, creemos en un futuro donde la industria y el medio ambiente coexisten en armonía. Seguimos trabajando día a día para ofrecer soluciones constructivas que respondan a las necesidades del presente sin comprometer las del futuro.
Porque Hacemos Futuro, un futuro que es más sólido, más seguro y más sostenible para todos.